Mexicanas, mujeres y financieras… ¿poderosas o invisibles?
- Montserrat Herández Cole
- 9 mar 2016
- 3 Min. de lectura

Cada año, Forbes publíca la lista de las 10 mujeres más poderosas en México, reflejando una aceptación creciente de las mujeres en el mundo laboral.
María Asunción Aramburuzabala encabeza la lista, al dirigir Tresalia Capital, a través de la cual amplía sus negocios invirtiendo directamente en importantes empresas mexicanas.
Otras mujeres sobresalientes son Marcela Velasco, que a pesar de ser madre soltera, alcanzó a ser la directora de mercadotecnia corporativa de Telcel/América Móvil, y Marissa Meyer, presidenta de Yahoo!, que compró una compañía prácticamente sin ingresos como Tumblr por un billón de dólares, lo que hizo que el precio de la acción de Yahoo! aumentara 111% en 2013.
Estas mujeres demuestran que se puede equilibrar una vida profesional exitosa con la vida personal. Sin embargo, un fenómeno resulta impactante: en México, todas éstas mujeres son empresarias admirables, pero no hay una sola mujer que ocupe un puesto sobresaliente en el mercado financiero. ¿Será que éste fenómeno se da sólo en México?
En un artículo del Financial Times, John Kay argumentó que hay muchas mujeres al frente de organismos reguladores. En efecto Janet Yellen dirige la Reserva Federal de los Estados Unidos, Mary Jo White preside la Comisión del Mercado de Valores, Christine Lagarde es la directora general del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, Kay señala que los puestos de trabajo de alto nivel de entidades financieras están dominados por hombres.
Además, impedir a las mujeres alcanzar un puesto de acuerdo a su mérito ha contribuido a tomar medidas que dañan el funcionamiento de los mercados financieros, como por ejemplo contratar mujeres para dar una imagen políticamente correcta.
Éste tipo de medidas son nocivas, puesto que no se les da a las mujeres la oportunidad de demostrar que pueden alcanzar esos puestos por sus verdaderas capacidades. De hecho, las entidades financieras no dan la oportunidad de entrevistar a suficientes mujeres para contratar a las que verdaderamente merecen el puesto, lo que disminuye la eficacia del mercado, y fomenta declaraciones como las de Paul Tudor Jones, leyenda de los “hedge funds”, que declaró que “nunca habrá tantas mujeres excelentes en su trabajo de inversionistas u operadoras bursátiles como hombres. Punto. Fin de la historia”.
Esta mentalidad es común, pues en la lista de los dirigentes de los 50 “hedge funds” más grandes, no hay más que una sola mujer: Sonia Garder de Avenue Capital.
Sin embargo, en 2013 los consultores Rothstein Kass realizaron un estudio que reveló que en los seis años y medio anteriores, los fondos dirigidos por mujeres habían superado al resto del sector, con un retorno del 6% frente a una pérdida del 1.1% en el sector.
Por otra parte, investigadores de American Economic Review realizaron un mercado experimental de activos, separando las sesiones por géneros: las sesiones de hombres generaban grandes burbujas, mientras que en las de mujeres, las burbujas eran prácticamente inexistentes.
John Coates, un neurocientÍfico de Cambridge, explica ésto por la mayor presencia de testosterona en los hombres que los hace menos adversos al riesgo que las mujeres, lo que impulsó a John Kay a declarar que “podríamos tener mejores bancos si hubiera […] más mujeres regulando y organizando”.
Podemos entonces concluir que en el mundo de las finanzas, tanto en México como afuera, el género sigue determinando el alcance del éxito. Sin embargo, no seamos pesimistas, pues “el primer paso para resolver un problema, es reconocer que hay uno”. Así que el primer paso ya lo dímos, ahora trabajemos para resolverlo.
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