Subasta eléctrica de largo plazo: Los primeros pasos de la reforma energética.
- Diego Villafuerte
- 6 abr 2016
- 2 Min. de lectura

El pasado miércoles 30 de marzo, en un evento encabezado por el secretario de energía, Pedro Joaquín Coldwell, se dio por concluida la primera subasta eléctrica de largo plazo en la historia de nuestro país. Este evento fue calificado por diversos expertos de la industria como un éxito y uno de los primeros pasos hacia las metas estipuladas en la reforma energética de 2013.
¿Qué es una subasta eléctrica? Las subastas en el nuevo mercado eléctrico nacional son un mecanismo por medio del cual las entidades responsables de carga (es decir, los usuarios de la energía) pueden celebrar contratos para satisfacer sus necesidades energéticas como potencia, energía eléctrica acumulada y certificados de energías limpias. En esta ocasión, la CFE fue la única “entidad responsable de carga” que participó, pero esto no siempre será así y se prevé que en el futuro haya participantes privados en ambos lados de la subasta.
¿Por qué es relevante esta subasta? En esta primera subasta se recibieron un total de 227 ofertas de 69 participantes. De todas ellas, dieciocho ofertas de los once participantes que resultaron ganadores, fueron superiores en términos técnicos y económicos y por lo tanto se les adjudicaron los contratos. Los contratos implican un compromiso para desarrollar de aquí al 2018 un total de dieciséis parques de generación de energías limpias, once fotovoltaicos y cinco eólicos, con los que se agregaran 2080 MW de capacidad de generación a la infraestructura con la que hoy cuenta el país. La inversión estimada para la construcción y operación de estos parques es de 2600 MDD. Para ayudar a dimensionar la adición, un MW de capacidad es suficiente para satisfacer las necesidades eléctricas de alrededor de 1000 hogares.
Otro punto importante de recalcar es el precio al que se cerraron estos contratos, pues el precio máximo que se había fijado para la subasta era de 1328 pesos por MWh y el precio que en promedio se va a pagar por estos contratos es de 827 pesos por MWh. Estos ahorros son relevantes por dos lados. Primero porque demuestran que las energías limpias están alcanzando precios en los que podrán empezar a competir con las energías más contaminantes con las que hoy en día satisfacemos casi tres cuartas partes de la demanda nacional. Por el otro lado, son relevantes porque en el largo plazo se reflejarán como ahorros en las cuentas de luz de los usuarios finales. Aunque para esos ahorros, tendremos que esperar por lo menos hasta el 2018 cuando estos nuevos parques empiecen a operar.
En conclusión, se puede afirmar que esta primera subasta, a pesar de no presentar cambios radicales en el corto plazo, abre camino para que las subastas que vienen en este nuevo mercado eléctrico nacional sean de mayor tamaño y relevancia y que los participantes privados nacionales e internacionales vean a México como un destino atractivo para sus inversiones. Esperemos que esta sea la primera de muchas subastas exitosas y que estas resulten -como es su objetivo- en un beneficio tangible para el bienestar económico de nuestro país.
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